¡Yo luché esta misma batalla!

¡Qué tal! Mi nombre es Ethan, y fracasé en el aprendizaje del japonés y el español durante 15 años. Si hay algo que sé, es que tengo CERO talento natural para aprender idiomas.

Estudié japonés durante 6 años en la escuela, y al terminar no sabía prácticamente nada. Después de mi absoluto fracaso con el japonés, decidí cambiar a un idioma más fácil: ¡el español!

Intenté probar con aplicaciones como Duolingo, Pimsleur y algunos podcasts, pero eso no me llevó a ningún lado. 

Decidí que necesitaba tomar el español más en serio, así que me llené de determinación, dejé de lado todos mis otros pasatiempos y enfoqué mi vida entera a aprender español.

6 meses después, todas las personas con las que hablaba se sorprendían del avance tan rápido que había logrado. Pero, ¿cómo me sentía yo?

Me sentía totalmente deprimido

Cuando comencé ese recorrido de 6 meses, descubrí un estilo de aprendizaje llamado “language hacking", el cual sostiene que al memorizar reglas gramaticales y priorizar las frases y palabras más relevantes del idioma, puedes comenzar a tener conversaciones de inmediato.

¡Me ENCANTÓ! Se sentía tan lógico y organizado, y producía resultados inmediatos.

Desafortunadamente, no funcionó como yo había esperado.

Después de 6 meses de mucho esfuerzo, no estaba ni cerca del nivel que deseaba tener. La fluidez en el idioma parecía más lejana que nunca.

Ya no avanzaba

Mi forma de hablar era formulada y repetitiva. Usaba las mismas palabras una y otra vez.

No podía entender a los hablantes nativos. Tenían que hablarme más despacio y de forma más simple.

Podía mantener una conversación básica, pero no podía hablar sobre ningún tema complejo.

No tenía idea de cómo ese método me llevaría ALGÚN DÍA a alcanzar a mi meta real: la fluidez.

En un último intento desesperado, empaqué mis cosas y me mudé a Sudamérica.

Viví con una familia local, estudié en una escuela de allá por 5 horas al día, todos los días, y hablé con tantas personas como pude. Sin embargo, seguía teniendo muchas dificultades.

Mi descubrimiento sobre el aprendizaje de idiomas que lo cambió todo

Un día fatídico, mientras estaba hablando con mi profesor, tuve una revelación.

Mi profesor estaba explicando cómo los verbos reflexivos a veces cambian su significado.

Le pregunté si había algún patrón o regla para saber CUÁNDO cambiaba el significado. Ya que, después de todo, los idiomas son lógicos, ¿verdad?

Falso. No hay reglas, y mi profesor no pudo ayudarme.

Los idiomas no son lógicos, son caóticos y confusos, tal como todo lo demás creado por los seres humanos. Creamos explicaciones gramaticales para ayudarnos a dar sentido a este caos, pero esas no son "reglas" en sí.

De pronto vino a mí, entendí por qué este método nunca me llevaría a alcanzar la fluidez.

La VERDAD sobre alcanzar la fluidez

Memorizar gramática no te ayudará a aprender todos los patrones y excepciones que existen en un idioma.

Memorizar palabras tampoco te será de ayuda, ya que estas pueden tener docenas de significados diferentes que cambian según el contexto.

E incluso si fuese posible recordarlo todo, ¿cómo las manejarías en tu mente a la hora de intentar hablar? ¡Así no es como funciona el cerebro humano! Teniendo en cuenta todo esto, no es de sorprenderse que hayas experimentado dificultades en tu camino hacia la fluidez.

Un nuevo método

No puedes hablar un idioma de forma natural si no sabes cómo este se usa realmente.

Imagina que el idioma es una canción que nunca has escuchado antes, pero ahora estás intentando aprender a cantarla. ¿Cuál sería el primer paso?

¿Estudiarías teoría musical o aprenderías a leer música? ¿Memorizarías la letra?

¡NO!

Escucharías la canción muchísimas veces hasta que se te quede en la cabeza. Ya que necesitas conocer la canción lo suficientemente bien para que así puedas imitar la melodía, la letra y la estructura.

Aprender un idioma funciona exactamente igual.

Necesitas escuchar las palabras y frases miles de veces para que se te queden grabadas en la cabeza.

Necesitas construir un INSTINTO que te permita saber cómo se supone que debería sonar el idioma, tal como con una canción.

Los resultados hablan por sí mismos

Ahora que he desarrollado un instinto para el español:

• Puedo hablar con fluidez y seguridad sin tener que traducir en mi mente.
• Puedo entender a otras personas, programas de televisión y libros, fácilmente y de manera instantánea.
• Siento que pertenezco en el idioma y la cultura; puedo expresar directamente lo que siento, en vez de tener que formularlo en mi cabeza.

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